Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Esta huía rápido de la feroz depredadora mas la serpiente no desistía.
Huyó un día y ella la seguía, dos días y la seguía… Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga se paró y le dijo a la serpiente:
¿Puedo hacerte tres preguntas?
No acostumbro a dar este precedente a nadie, pero como te voy a devorar… puedes preguntar, contestó la serpiente.
¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?, preguntó la luciérnaga
No, respondió la serpiente.
¿Yo te hice algún mal?, volvió a preguntar la luciérnaga.
No, volvió a responder la serpiente.
Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?, apeló finalmente la luciérnaga
¡Porque no soporto verte brillar!.