Vean un ejemplo de cómo comienzo mis clases.
Observen cómo no es necesario mandar a callar a los alumnos.
Vean en qué consiste la Asamblea y cómo descubro el "mundo" que interesa a mis alumnos.
Y entiendan en qué consiste la relajación que realizo con ellos.
Tu correo ha sido la alegría más grande recibida en mucho tiempo, Cristina. Los maestros no debemos tener ningún alumno favorito. Pero eso no quita que valoremos el progreso y las circunstancias de cada uno.
En tu caso, reconozco que has sido una alumna especial para mi.
Me refiero que al trabajar tu autoestima, te vi levantarte del suelo en el que estabas.
Valoré cada esfuerzo que hacías para progresar adecuadamente.
Fuiste mi "secretaria" en la clase. Y eso te hacía feliz. Te animaste a estudiar más a fondo.
Yo te remachaba el pensamiento de : "Tú puedes hacer lo que te propongas" y "Cree en (...)