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RECICLAR, el arte de mirar con otros ojos.

Lunes 18 de junio de 2012 por José María Toro

                                                               TEXTO DEL VIDEO.

Reciclar es un movimiento de la conciencia cargado de sentido común y de belleza.
Reciclar es una acción movida por una mirada que descubre otros usos y que inventa otras maneras.
Reciclar es el arte de mirar con ojos cargados de ternura  aquello que se va a modificar o transformar.
Reciclar es una muestra de respeto hacia las cosas a las que no se condena a morir sin antes dejarlas envejecer usándolas.
Reciclar es volver a dar nuevas oportunidades a las cosas y a los objetos.
Reciclar es dar tiempo a las cosas y permitir que la historia pase por ellas.
Reciclar es el latido natural del corazón que se colma con lo sencillo y rebosa con la austeridad.
Reciclar es el resultado de una mirada luminosa que alumbra nuevas posibilidades.
Es una creatividad al servicio de la vida.
Al reciclar honramos a la Tierra haciendo un uso responsable y venerable de sus recursos.
Y es, también, un gesto de justicia para con aquellos que menos tienen.
Reciclar es ver nuevos usos, mirar con otra perspectiva, con una  mirada que, rompiendo, reconstruye.
Reciclar es mirar con los ojos de la armonía, con una mirada sencilla y simple. Una mirada que lo reconvierte todo.
Una mirada recreadora…. que devuelve la vida a lo inerte
Reciclar es el arte de mirar con unos ojos nuevos… es el arte de renombrar las cosas y bautizarlas de nuevo
Reciclar es un gesto de amor. Es el arte solidario por excelencia, la artesanía y el bricolaje del corazón.
                                                                  José María Toro



El trabajo como agradecimiento

Viernes 15 de junio de 2012 por José María Toro
                                        
     Fue con uno de estos alumnos con el que vivi la experiencia que relata el siguiente texto.
                  Los alumnos y alumnas protagonistas de EDUCAR CON CO-RAZÓN

                                      EL TRABAJO COMO AGRADECIMIENTO

Hace unos días uno de mis alumnos de nueve años se negaba a hacer  sus tareas, su trabajo. Yo me acerqué a él, me senté a su lado, le cogí una de sus manos y le dije:
- " Bueno, en lugar de hacer tu trabajo te propongo lo siguiente: mira la ropa que llevas puesta. Cierra  los ojos y piensa por un momento en la cantidad de personas que han trabajado para que tú ahora puedas llevar esa camisa, esos pantalones, esos zapatos. Piensa ahora por un momento en tu padre que desde las seis de la mañana trabaja cogiendo espárragos o en lo que puede estar haciendo ahora tu madre: preparando la comida, lavando o planchando tu ropa, arreglando tu cuarto para que te lo encuentres agradable y limpio.
Abre ahora los ojos y mírame. Piensa en las horas y horas que yo he estudiado para ser maestro y poder ayudarte a aprender. Fíjate, ahora mismo estoy aquí trabajando contigo y con tus compañeros. Mira tócame aquí (acerco su mano a mi pecho): cuando uno trabaja y ama eso que hace, dentro del pecho se enciende como una llamita que te llena todo el cuerpo de un calorcito suave y de una gran alegría. Algunos días, cuando vuelvo a Lora, si he hecho mi trabajo con amor y entusiasmo y veo los árboles mecerse por el viento, las nubes moverse por el cielo, los pájaros revoloteando por encima de mi coche, me parece como si me estuviesen dando las gracias por todo lo que he hecho. ¿Sabes qué parece que me están diciendo?. Algo así como que con mi trabajo ayudo a mejorar y embellecer el mundo y quepara hacer bien una cosa hay que amarla. Es verdad que a veces nos cuesta trabajar, pero con lo que cada uno hace en realidad no hacemos sino dar las gracias por todo aquello que recibimos.
Le apreté su mano con ternura y me levanté para ayudar a otro compañero que me requería.
El niño  hizo un gesto de agradecimiento a todo lo que la vida le ofrecía: abrió su cuaderno y empezó a escribir: Peñaflor,  7 de Abril .....

        Texto del libro: LA VIDA MAESTRA, pág. 69 (Editorial Desclée)
          http://www.edesclee.com/products.php/ISBN9788433016331/manufacturers,567/cP,8/reimpresiones


Carta final de despedida de Pinocho a la clase.Educar con Co-razón

Miércoles 13 de junio de 2012 por José María Toro


Carta final de despedida de Pinocho a la clase.
Texto con el que termina el libro EDUCAR CON CO-RAZÓN.
Las imágenes corresponden al final del video FUIMOS FELICES APRENDIENDO, un video que recogía imágenes de las experiencias y vivencias compartidas desde 1º a 5º de Primaria (1993-1998) en el Colegio Público "Pedro Parias" de Peñaflor (Sevilla) y que fue entregado a cada alumno/a.
El texto de la carta aparece en las páginas finales del libro "Educar con Co-razón".


 CARTA   DE   "PINOCHO"  A  LOS NIÑOS Y NIÑAS  DE  LA  CLASE.
¡Queridos  Amigos y Amigas!.
Desde las tierras  maravillosas del Reino de Fantasía, desde lo más hondo de mi corazón de madera al que vosotros habéis convertido en corazón de carne os escribo estas palabras. Tal vez sea la última vez que pueda dirigirme a vosotros. Por eso os pido que leáis estas líneas con mucha atención y cariño. El mismo que brota de mis dedos al escribirlas. Pero sobre todo, guardadlas en lo más profundo de vuestra alma, de vuestro corazón. Es allí y sólo allí, y no en la cabeza, en la mente, donde realmente se comprenden las cosas, al menos, aquellas cosas que nos hacen ser felices y recibir la vida como un regalo.
Lo primero que quiero pediros es que NO OLVIDÉIS NUNCA todo lo que habéis vivido juntos. No dejéis que el polvo del olvido cubra todo lo que habéis visto, habéis oído, habéis tocado, todo lo que habéis escuchado y leído.
No olvidéis  que  cada día, antes de que llegárais a clase, allí estaba yo en la pared, calentando con mis rayitos del pecho cada una de vuestras mesas y así no os encontrárais con el frío de la mañana.
No olvidéis que en el corazón de José María era yo quien bajaba las escaleras para ir a recibiros y saludaros en la alegría de un nuevo día en el que volvíamos a estar juntos.
No olvidéis las muchas horas que hemos pasado en la alfombra verde, hablando, escuchando, aprendiendo, cogiéndonos de las manos y transmitiéndonos unos a otros el calorcito de nuestra amistad y cariño.
No olvidéis nunca que todas las cosas que habéis oído son como semillas que ahora tienen que ir creciendo en vuestros corazones. Tenéis que  mostrar  al mundo que realmente habéis sido sembrados por  la ternura, por la amistad, por la responsabilidad, por la sinceridad y por la alegría.
Yo os he mostrado  la satisfacción del trabajo  hecho con amor y dedicación. Sólo si sois responsables, sólo si amáis de verdad todo aquello que hacéis, sólo si realmente sentís en vuestro corazón que con cada hoja que estudiáis, con cada cuento que escribís, con cada dibujo que pintáis  colaboráis a hacer un mundo más hermoso y mejor...sólo así  habréis visto, escuchado y comprendido todo lo que he compartido con vosotros en todo este tiempo.
En todos estos años que he estado con vosotros, participando de vuestras tareas, de vuestros descansos, de vuestras fiestas e incluso de vuestros viajes y excursiones he sentido vuestro cariño. Sé que Pinocho es para vosotros mucho más que un simple muñeco de madera. Es alguien mágico que tocó vuestros corazones y los inundó de alegría.
Pero quiero deciros que también vosotros habéis tocado el mío y lo habéis llenado  de gozo y de ternura. Vosotros habéis hecho del mío un corazón de carne del que muchas veces, al recordaros, han brotado lágrimas calientes. Recordad: "a veces la alegría es tanta que el corazón se desborda y rebosan lágrimas dulces por los ojos".
Tal vez ya no me veáis colgado en la pared. No importa. Yo no me iré si me seguís llevando dentro de vosotros. Quizá os ha llegado la hora de mirar dentro del corazón para poder leer de nuevo aquellas frases mágicas:
"Siempre puedo empezar de nuevo", "Soy responsable de mis cosas y trabajos","Para hacer bien una cosa, amigo mío, hay que amarla". "Con mi trabajo ayudo a mejorar el mundo", "Defiende tu opinión hasta que otros te aporten otra mejor", "La ternura es la suavidad con la que nos sale la luz que llevamos dentro", "El silencio es bonito y nos ayuda a estar mejor","Mi alegría no depende de nada ni de nadie, sólo de mí".....
A vosotros, mis queridos niños y niñas, os corresponde ahora pasar todos esos pensamientos y sentimientos a vuestra vida, a todo lo que hagáis en la casa, en la escuela o en la calle. Yo os acompañaré siempre. Si alguna vez la tristeza os inunda por dentro, pensar en vuestro solito del pecho y acordaros de mí y de la impresionante corriente de amor que circula entre nuestros corazones.
Yo sé que hay muchas cosas de la escuela que no os gustan. Pensad siempre qué podéis hacer vosotros para mejorarlas. No podéis decir a nadie que hace mal su trabajo si sois los primeros en hacer vuestras tareas  por cumplir, con la rapidez con la que se hacen las cosas que no se aman.
Y lo más importante de todo: yo he querido transmitiros que la Vida  es algo maravilloso que hay que cuidar y defender. De nada sirve que aprendáis mucho si luego vuestro corazón no es generoso y tierno, si hacéis que otros sean infelices y no colaboráis en mejorar todo aquello que sintáis que no es correcto o defectuoso.
Mi mayor alegría sería comprobar que allí donde estáis sois focos de Luz, de Amor y de Entusiasmo. Podéis  mostrar a los otros niños, a vuestros mayores, que la Vida no se detiene sino que va hacia adelante. Con vuestro ejemplo podéis proclamar que podemos ser y vivir de otra manera. Y sabed que cuando viváis así, desde la luz de vuestro corazón, el resplandor de todo aquello que hagáis o digáis llegará hasta la más lejana de las estrellas. Y desde ella, Dios sonreirá, se alegrará y derramará sobre vosotros toda su infinita ternura.
No me despido porque no siento que me vaya. Yo ya os llevo dentro, muy dentro. Y me acompañaréis incluso en mis paseos por los jardines del Paraíso. Allí, sembraré un huerto de rosas y a cada una pondré cada uno de vuestros nombres. Y al oler su perfume volverán a mi memoria los recuerdos de todo lo que hemos vivido juntos. Y cuando me gire para ver la silueta de Dios entre las nubes doradas del atardecer le daré una y mil gracias porque hizo de vosotros mi mejor regalo. ¡Os quiero!.               
                                                     PINOCHO. JOSÉ MARÍA TORO





Homenaje a los libros. VIDEOTEXTO.

Miércoles 13 de junio de 2012 por José María Toro
Homenaje a los libros. Texto original de José María Toro. Del libro LA VIDA MAESTRA.



            "Dime con qué libro andas y te diré quién quieres ser".


El aprendizaje "atmosférico"

Miércoles 13 de junio de 2012 por José María Toro

La educación emocional, de las actitudes y de los valores son trasunto de un aprendizaje que llamo “atmosférico”, porque son aprendizajes que no se enseñan sino que se contagian.
El adulto, con su presencia, irradia una atmósfera, genera un clima y conforma un ambiente en el que el alumno se sumerge. Es algo que se respira y que se incorpora por la continuidad, persistencia y permanencia de unos estímulos que terminan haciéndose habituales y familiares.
Las atmósferas nos envuelven y modelan, nos penetran, nos forman y conforman.
Las atmósferas son tremendamente poderosas por su sutileza y levedad y constituyen una especie de curriculum oculto que, sin embargo, es luego el más visible de todos.

El aprendizaje atmosférico es un aprendizaje mucho más sutil, y por la tanto más efectivo, que aquel que se realiza a través de intervenciones directas y muy explícitas.
Es un aprendizaje que no se piensa sino que se respira, que no se elabora sino que se incorpora sin darse cuenta y , por eso mismo, no se puede dar cuenta  de él.
Es un aprendizaje que al ser difuso es aprehendido por cada poro y alcanza a cada célula.
Va mucho más allá de lo mental consciente  y por eso se  va conformando como algo vital, existencial, como un modo de operar global  de la persona.
Sus características hacen de él un aprendizaje atmosférico, etéreo, pero tremendamente significativo y poderoso.

De todo ello concluyo la necesidad de pararme y tomar conciencia por unos momentos de la atmósfera que me rodea, la que yo creo o configuro con mi modo de actuar así como del ambiente que continuamente voy entretejiendo con los hilos invisibles que me mueven hacia aquello que hago sin saber muy bien los porqués ni el cómo.

La observación atenta de los niños que me rodean me devuelve siempre algo de lucidez y comprensión sobre aquello que yo emito. Y ya sé que emito no sólo, ni tan siquiera fundamentalmente, con la palabra conceptual.
En no pocas ocasiones la materia-energía de mi voz (tono, vibración, volumen), de mis gestos, de mis movimientos, de mis ritmos y de mi presencia  no hace sino ir contaminando un ambiente en el que yo mismo me veo afectado por la propia asfixia.

                         JOSÉ MARÍA TORO.
          Texto extraído del libro: "LA VIDA MAESTRA", pág.68. Ed. Desclée

Homenaje a los libros

Miércoles 13 de junio de 2012 por José María Toro

Hay cosas, como los libros,  que más allá de meros objetos se convierten en entes, realidades sustanciales cargadas de un gran valor no sólo utilitario sino simbólico, sacramental e incluso sagrado.
Cada libro escrito desde los latidos del corazón recoge en sus adentros el retazo de un alma humana que se abre, se muestra y se comunica conmigo.
Cada libro entraña una aventura, un riesgo, una posibilidad de encuentro; es un ámbito privilegiado para la comunión. Por eso, tener en mis manos un libro es algo realmente sobrecogedor, un gesto que me sigue emocionando.
Los libros no son cosas sino "causas" que pueden generar un gran efecto en aquella persona que se atreve a cogerlos, abrirlos y leerlos.
"Dime con qué libro andas y te diré quién quieres ser".
Los libros son un alimento esencial y de primera necesidad porque nutren y alimentan toda la persona.
Cuando alguien inhala bien el perfume de un buen libro, casi sin darse cuenta, va exhalando pequeños efluvios de esa fragancia en todo cuanto dice, hace y vive.
Los libros son un tipo de flores de una especial calidad y cualidad. Puedo acudir a ellos como la abeja y realizar un auténtico proceso de libación en el que voy extrayendo lenta y minuciosamente el jugo que se encierra en cada página. Cuando succiono su néctar y me alimento con él puedo ofrecer luego mi propio fruto. 


 Los libros me han ido proporcionando a lo largo de toda mi vida las sustancias adecuadas con las que he ido construyendo el panal de mi conciencia así como la cera con la que he ido dando forma a un determinado modo de ser y existir.
Los libros son una invitación y un reto para convertir la bibligrafía en biografía: que aquello que leo afecte, conforme e informe lo que soy,  pero sin olvidar que "todos los libros, de todos los formatos y temáticas, en el fondo, no hacen sino remitirme al Gran Libro de la Vida que siempre me está aguardando con sus páginas abiertas reclamando mi lectura".

                                                                José María Toro
                                        "La Vida Maestra" (Editorial Desclée) pág. 133 




EL ABRAZO AL ÁNGEL SUFRIENTE

Miércoles 13 de junio de 2012 por José María Toro

Todavía se cimbrean mis entrañas al evocarlo. Lunes  tres de Marzo, las siete y media de la mañana. En mi regazo acojo como puedo el cuerpo de un niño roto por el dolor. Se llama Jesús, tiene nueve años y es uno de mis alumnos. Acabo de comunicarle que la enfermedad de su padre ya se ha terminado.
-¿Ya está en mi casa?, me pregunta con sus ojos de hondo mar.
-No, Jesús. ¿Recuerdas lo que hablamos en clase de lo que sucede cuando se encienden todas las lucecitas del alma?. Tu padre es ya un ser de luz, ya está viviendo de otra manera.
El niño comprende y echa su rostro sobre mi hombro. Comienzo a sentir cómo la humedad del sufrimiento empapa mi camisa y ahoga mis entrañas. Acaricio su pelo de trigo dorado y dejo deslizar por su espalda toda la ternura que brota de mis dedos. Luego unos minutos de silencio, de comunión en el abrazo.

Hay quien dice que tengo cierto don de palabra. Pero no, ahora no las encuentro. Toda una eternidad ante el teclado del ordenador y en la pantalla no veo sino los surcos profundos de un sufrimiento que se lleva hacia abajo, hacia lo hondo.
Es tal la corriente de sentir que aún me embarga que la palabra se torna silenciosa y discreta. Se reconoce insuficiente y pobre.
No tengo ningún concepto que elaborar, ninguna idea que comunicar: sólo un foco de amor inmenso en el centro mismo donde el llanto del sinsentido comienza a brotar.
No sé qué alcance, qué efecto tienen en él mis palabras, mis caricias, pero si percibo cómo me alcanza y me trastoca por entero este cuerpo de ángel humano desplomado sobre mí por el peso de su tristeza. Y siento que juntos, él y yo, con su padre mirándonos "desde la otra orilla", comenzamos a elevarnos como si la mano de Dios nos levantase en un remolino de impresionante ternura.

                                                       JOSÉ MARÍA TORO.
                                     Del libro: "La Vida Maestra" (Editorial Desclée)




¡ NO TENGO TIEMPO!

Miércoles 13 de junio de 2012 por José María Toro

Cada vez oigo más esta expresión "¡no tengo tiempo!".
Es como si el tiempo se estuviese convirtiendo en un enemigo y los relojes, agendas y calendarios en sus más sutiles armas.

Es como si hubiésemos cosificado el tiempo: lo consideramos y lo vivimos como una cosa que se puede tener, ahorrar, ganar o perder.
Lo que no hace sino advertirnos que quizá estemos cosificando toda la existencia.
El tiempo se me escurre como el agua por la reseca arena de la playa. La vida corre y, lo peor de todo, es que muchas veces yo no voy con ella.
He olvidado que el tiempo no se gasta sino que se crea, que no es cuestión de tener tiempo, sino que el tiempo me tenga, me reciba y me acoja.
Hay una manera de vivir la temporalidad que adopta la forma del agobio, del estrés, de la saturación o la prisa. Mas también puedo vivirla desde la paciencia, la serenidad y el equilibrio.
No puedo añadir ni un solo segundo a mis días; por lo tanto no tiene sentido pedir más tiempo sino repartirlo, organizarlo y, sobre todo, vivirlo mejor.
¡No tengo tiempo!  es otra forma de decir ¡No me tengo a mí mismo!, es el grito desesperado de cuantos seguimos aspirando o creemos ser directores generales del Universo.
La sensación de no tener tiempo es la vivencia cotidiana de quien se agobia porque no sabe que es eterno y quiere hacerlo todo y hacer de todo...en un día...en un año...en una vida.
Me quejo de falta de tiempo cuando soy incapaz de vivir la plenitud en aquello que precisamente hago y vivo en ese momento y por tanto necesito el minuto siguiente para vivir aquello que dejo escapar de la vivencia presente.
¡Sí, tengo tiempo! .El justo y necesario para que descubra y estruje las entrañas de la vida, la maravilla del amor y del servicio, el misterio del ser humano, sus grandezas y miserias.
Se me ha otorgado el tiempo imprescindible para que mi paso por la vida sea un regalo para el mundo.
Por eso, estoy llamado a vivir y dar testimonio de "libertad del tiempo", aunque las correas de mi reloj estén completamente apretadas.
Nunca más diré “no tiempo tiempo” porque  lo que tengo, tal vez, no sea sino “un exceso de tareas”.

                   JOSÉ MARÍA TORO.
           Texto del libro "LA VIDA MAESTRA" pág.41. Editorial Desclée

Agradecer a quien nos enseña

Miércoles 13 de junio de 2012 por José María Toro

No nací sabiendo. Y aunque en mi primera célula estuviese contenido todo el conocimiento, lo estaba como potencial. Es viviendo y aprendiendo como todo ese potencial de conocimiento va convirtiéndose en actualización, en encarnación de sabiduría.
Lo aprendido siempre es, de algún modo, recibido.
Pero aprender no es repetir lo que otro me ha enseñado, lo que de otro he recibido sino verificar en la propia experiencia la enseñanza de otro o de uno mismo.
Aprender es prestar el propio cuerpo, las propias células, la propia vida como laboratorios donde las verdades, siempre sucesivas y provisionales, van emergiendo, manifestándose y desvelándose.
No sabía, o tal vez simplemente no recordaba, a fin de cuentas es lo mismo, algo que tú me has comunicado.
Te lo agradezcopor habérmelo entregado y me felicito a mí mismo por haber estado abierto y receptivo y haberlo acogido y recibido.
Tú me has enseñado. Gracias.
Yo he aprendido. Me felicito.
Mi agradecimiento hacia ti y mi felicitación para conmigo trazan el indecible abrazo del reconocimiento y de la igualdad.
Gracias por lo que aprendiste y has compartido para que yo también sepa.
Este agradecimiento me hace mirar lo que me entregas y que ya es mío, también. Pero si lo que hago es mirarte a ti y olvidar que eso ya lo tengo yo, algo que en realidad siempre tuve o estuvo llamado a formar parte de mi mismo, entonces caigo en el error de  mitificarte o idolatrarte. Y al admirarte dejo de mirar lo realmente importante: el reflejo o la huella que deja en mí lo que me enseñas.
La idolatria es el error de sacar nuestra divinidad  y proyectarla en algo o alguien externo después de habernos vaciado, olvidado y enajenado de ella.
El agradecer se degenera y convierte en   "a-grandecer": justamente lo contrario de hacer grande al otro.
Cuando agradezco engrandezco al otro porque yo no me menguo en la comparación con él; crezco con él porque ambos somos alimentados por la misma sabiduría. La única diferencia es que él tomo primero la cucharada; simplemente comió antes, pero la comida es la misma.

Siento que todo el que me enseña en la búsqueda del recuerdo de su propia sabiduría de alguna manera me está diciendo:

"No me encumbres a un pedestal al que no quiero subir y en el que no quiero estar. Aunque lo que te pueda enseñar sea muy valioso para ti, aunque me sientas como tu Maestro, no quiero verte por encima del hombro, no quiero que me sientas más alto, mejor ni diferente de ti.
Echémonos el brazo, igualemos nuestros hombros y caminemos juntos".

                      Texto del libro: LA VIDA MAESTRA  (Editorial Desclée)
            http://www.edesclee.com/products.php/ISBN9788433016331/manufacturers,567/cP,8/reimpresiones
                                                                             Ilustración: Ismael Cruz

¡Cómo han cambiado las cosas!

Martes 5 de junio de 2012 por José María Toro
                                      Cambia.... Todo cambia....., pero ¿para bien?
                                  En los cumpleaños, recuerda: Sobre la tarta de tu vida, 
                                    NO APAGUES VELAS, ENCIÉNDELAS.
                                                              Todo el mundo, 
                              todas las distracciones y atracciones en la propia habitación.
                                              Las relaciones familia y escuela,
                                              cómo nos situamos los adultos.

                                             LA TELEVISIÓN Y NOSOTROS 
                                             TAMBIÉN HEMOS CAMBIADO
                                      En no pocas ocasiones, 
                                      las reuniones entre amigos ya no son tampoco lo que eran




La vida es cambio y movimiento. Tenemos que estar, de entrada, abiertos a los cambios y, desde el sentido común y con la sabiduría del corazón, propiciar y favorecer sólo aquello que nos haga más felices y humanos.

  


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